La internación domiciliaria experimentó un rápido crecimiento en los últimos años convirtiéndose en la forma más avanzada de tratar a los pacientes con patologías agudas o crónicas.
Permite reducir los costos de la atención médica sin disminuir su calidad.
A través de asistencia continua y con el apoyo de herramientas digitales podemos conocer en tiempo real la evolución de cada paciente y evaluar permanentemente el plan terapéutico junto a su médico de cabecera.