La apnea del sueño no diagnosticada aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares posoperatorios
Individuos tratados con cirugía mayor no cardiaca y que tienen apnea obstructiva del sueño grave no diagnosticada pueden tener más riesgo de eventos cardiovasculares después de cirugía, de acuerdo con resultados publicados en la versión electrónica de JAMA.
«Entre adultos con riesgo tratados mediante cirugía mayor no cardiaca, la apnea obstructiva del sueño grave se asoció en grado significativo a un aumento en el riesgo de complicaciones cardiovasculares posoperatorias a 30 días», afirman el Dr. Matthew Chan, Ph. D., de la Chinese University of Hong Kong, Prince of Wales Hospital, en China, y sus colaboradores.
«Se necesitaría más investigación para evaluar si las intervenciones pueden modificar este riesgo», añaden.
Aunque la apnea obstructiva del sueño es el tipo más frecuente de trastorno de la respiración durante el sueño, una gran parte de los casos permanece no diagnosticada. En consecuencia, muchas personas que se someten a cirugía pueden tener apnea obstructiva del sueño sin saberlo.
En la apnea obstructiva del sueño los músculos de las vías respiratorias altas dejan de funcionar de manera intermitente. Durante esos episodios las concentraciones sanguíneas de oxígeno pueden disminuir, y las de dióxido de carbono aumentar. Fármacos administrados durante la intervención quirúrgica, como anestesia general, sedantes y fármacos para el dolor posoperatorio, pueden exacerbar estos problemas y contribuir a complicaciones cardiovasculares posoperatorias.
Individuos mayores y personas con obesidad tienen más riesgo de presentar apnea obstructiva del sueño y problemas cardiovasculares, lo cual podría afectar los desenlaces cardiovasculares posoperatorios.
tienen más riesgo de presentar apnea obstructiva del sueño y problemas cardiovasculares, lo cual podría afectar los desenlaces cardiovasculares posoperatorios.
Estudios previos han demostrado resultados contrapuestos sobre el papel que desempeña la apnea obstructiva del sueño en estos problemas. Por consiguiente, los investigadores llevaron a cabo el estudio de Complicaaciones vasculares posoperatorias en la apnea obstructuva del sueño no diagnosticada (POSA), un estudio prospectivo y observacional de cohortes, en ocho hospitales de cinco países de Asia.
En el estudio se incluyó a adultos de edad igual o mayor a 45 años, a los que previamente no se les había diagnosticado apnea obstructiva del sueño y que se sometieron a cirugía mayor no cardiaca entre enero de 2012 y julio de 2017. Los participantes tenían más riesgo de eventos cardiovasculares posoperatorios; cada uno tenía uno o más de los siguientes factores de riesgo: antecedente de arteriopatía coronaria, insuficiencia cardiaca, accidente cerebrovascular, o ataque isquémico transitorio, diabetes que requería tratamiento o disfunción renal preoperatoria.
Después del reclutamiento los participantes fueron objeto de pruebas preoperatorias de sueño en el transcurso de la noche en su domicilio, o en el hospital antes de la intervención quirúrgica.
Participantes, cirujanos y personal de investigación tuvieron enmascaramiento con respecto a los resultados de las pruebas hasta 30 días después de la intervención quirúrgica. Luego de esto, los investigadores remitían a las clínicas de sueño a los participantes cuyos resultados en las pruebas eran anormales.
Se reclutó a 1.218 pacientes en el estudio. La media de edad era de 67 años y 40,2% integrado por mujeres. Un poco más de dos tercios (67,6%) tenían apnea obstructiva del sueño no diagnosticada; de estos casos, 30,5% se clasificó como moderado, y 11,2% como grave.
Fuente: Medscape